Sabor amargo el de esta copa
y el de todas las que quedan por venir (que serán muchas).
Aunque no me sorprende, amargas son todas las cosas que
he probado desde tu ida.
Las ganas de verte se me murieron anoche o al menos eso
creía,
pues no hay segundo que no desee exiliarme a tu cama y
ser el autócrata del reino de tus sábanas.
Vuelve, ya no solo por mí, sino por nosotros,
porque
no podría utilizar ese pronombre con nadie más que contigo
y porque el amor es una guarrada sin ti.
Siempre tú. Siempre yo. Siempre nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario