No
hace falta que te escondas. Esta vez no.
Mira
en que te has convertido: un ser frágil que se esconde cuando escucha hablar de
amor. ¿No entiendes que la vida no es más que eso? Intentarlo, fallar. Cuanto
más falles, más cerca estarás de lograrlo. Olvida esos malditos consejos que te
dieron, no eran para ti. Tú estás hecho para vivir hasta el extremo, para
situarte al borde del abismo y saltar. Pues, ¿qué te espera al final? No lo
sabes. La única manera de saberlo es saltando.
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