Seguidores

sábado, 14 de enero de 2012

Hoy nos toca compartir la misma luna. Y mañana quién sabrá.


Nada es para siempre y tú y yo lo sabemos bien. Tal vez nos empeñáramos en proseguir una historia que ni siquiera había tenido principio y esas cosas nunca acaban bien. Pero una cosa lleva a la otra y sin darme cuenta, ya estaba otra vez pensando en lo que podíamos haber sido y nunca fuimos.
Había conseguido olvidar lo bien que me hacías sentir, pero también esas tardes negras que parecían no tener fin. Desapareciste y la calma volvió a mi vida. Puede que mi cama estuviese fría, pero por lo menos la almohada no estaba mojada.
Y luego llegó enero. Pongamos que un desliz en un día frío lo tiene cualquiera. Pongamos que es imposible resistirse a recordar con los ojos cerrados mientras inspiro un poco de ti. Pongamos que… Te echaba de menos.
Ha llegado el momento, o quizás había llegado hace mucho, de cambiar de destino. De poner un no donde antes había un sí, de cerrar la puerta y abrir la ventana. De no quererte más. Ya sabes que las despedidas nunca se me han dado bien. Siempre he sabido cuando era necesario dar un beso en la mejilla en vez de en los labios, pero nunca lo había tenido tan claro como ahora.
Ha sido una historia bonita, pero ya ha acabado. Espero que seas muy feliz.

1 comentario:

Hiponoe dijo...

Nada es para siempre, decían tus ojos tristes.