domingo, 30 de octubre de 2011
No sé si aún me recuerdas.
Siguió pasando el tiempo pero jamás dejó huella en sus ojos. Color caramelo, decía, mientras los abría de par en par para que todos pudieran admirarlo. Cuando cerraba esos enormes ojos el mundo se paraba por un momento con el miedo de que no volviera a abrirlos más. Y lo peor es que ella lo sabía y lo usaba a su antojo.
No era particularmente bonita. Tenía encanto y una cara simpática, pero os aseguro que llamaba más la atención con su metro sesenta que cualquier modelo de pasarela. La belleza aburre y algún día se marcha. El encanto no.
Hablaba de cualquier tema y podía hacerte pensar que siempre llevaba la razón, aunque no fuera así. Era capaz de vender arena en el desierto a cualquiera.
A mi, como a muchos otros, me engatusó. Su voz dulce e inocente, su movimiento de caderas, su risa incontrolable. Me enamoré como nunca antes lo había hecho, hasta las trancas, como un loco. Era lo primero y lo último en lo que pensaba cada día. Amor, capricho, locura, simple enamoramiento, no lo sé. Pero jamás me había sentido así.
Ella movía mi vida. Me producía una sensación tan extraña el verla bajando por las escaleras de su portal y, quien sabe, puede que fingiendo una sonrisa al verme. Tenía miedo de perderla, de que algún día dejara de sentir algo por mi, Y tal vez tuviera razón, o tal vez no.
Lo único que tenía claro es que era el único puto motivo para seguir despertándome cada mañana y que su nombre era la palabra más bonita que había escuchado. Me jugaría la vida una vez más por ella, pero hace mucho que no viene por aquí, un día se marchó sin despedirse y nunca he sabido más de ella. Pero tengo la certeza de que sigue enamorando y trayendo de cabeza a aquel que pasa por su camino en algún otro lugar.
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2 comentarios:
Hay veces que te enamoras de una forma incontrolable, es bonito sentir eso por alguien.
http://elrecuerdodeunabrazoquemehacetirtar.blogspot.com/
A~
Me encantan las personas como la chica que has descrito. Simplemente enamoran.
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