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sábado, 23 de julio de 2011

Otra vez bajamos a segunda, amor.


tequieroteodioteamoteodiotequieroteamoteodiootraveztequiero[Midiéndonos como dos leones]

Me miras. Aparto la mirada. Tú haces lo mismo. Sujeto entre mis dedos un mechón de pelo y juego a desenredarlo mientras tu observas por el rabillo del ojo. Finjo no darme cuenta. Te acomodas en el raído sillón y yo, inconscientemente hago lo mismo. Ninguno de los dos habla. Esperamos a que alguno de el brazo a torcer. Pero esta vez no voy a ser yo.

tequieroteodioteamoteodiotequieroteamoteodiootraveztequiero[Y al final, dos heridos graves]

Como si de Julien y Sophie en Jeux d'enfants se tratase, jugamos a un juego que ambos inventamos hace mucho. Jugamos a hacernos daño, a destrozarnos. Y a pesar de que sabemos que esto no puede acabar bien jamás, seguimos fingiendo que no nos imprta. Si te das por vencido, si te enamoras, pierdes. Y lo peor es que ninguno de los dos está dispuesto a perder cueste lo que cueste.

tequieroteodioteamoteodiotequieroteamoteodiootraveztequiero[Desperfectos claves]

2 comentarios:

(Solían llamarme) Lilith dijo...

Guau, me encanta como escribes. Pero cuidado: es peligroso jugar con el amor.
No crees?

Sil dijo...

Muchas gracias. Claro que sí, pero a veces el peligro es lo que de verdad te mantiene vivo. Un beso