inspirado por una persona que debería sonreír ahora más que nunca...
Unos débiles rayos de luz se cuelan por mi ventana. No sé que hora es, pero está amaneciendo. Cierro los ojos, me doy la vuelta y trato de dormir una vez más. Pero no puedo. Me atormenta el pensar en lo sucedido horas antes. Siento un nudo en el estómago y me cuesta respirar. Mi mente da vueltas y vuelve a recordar una y otra vez la misma historia. Sacudo la cabeza y me levanto, es inútil seguir intentando dormir. Me acerco a la ventana y veo amanecer apoyada en el alféizar de la ventana.
No sé por qué me siento tan mal si no he hecho nada de lo que deba arrepentirme. No te pedí nada y no me prometiste nada. Tal vez me hice demasiadas ilusiones y pensé más de la cuenta. Puede que la confusión en la que me hallo inmersa no haga más que empeorar las cosas. A veces lo tengo todo muy claro, nunca me has gustado, no eres mi tipo, y otras veces me sorprendo a mí misma pensando en las cosas que podrían pasar. Intento dejar las cosas en el aire, ahora mismo no quiero tomar ninguna decisión, prefiero dejarlo todo así. Tal y como estoy ahora, no me siento capaz de elegir.
El sol va tomando parte del cielo y se impone altivo sobre la ciudad. Es demasiado pronto, pero aun así, hay gente caminando por las calles. Las nubes se alejan lentamente y yo sigo aquí, divagando mientras el tiempo pasa.

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