Las casualidades no existen, yo creo en la causalidad. Eso de que las cosas pasan porque tiene que pasar, que todo tiene una razón. Aunque a veces cuesta aceptar que las cosas malas estaban destinadas a suceder, tenemos que mirar más allá y tener la esperanza de que existe un motivo a pesar de que no puedas verlo por ahora.
Cuando un problema no tiene solución, tendrás que aprender a vivir con ello, pero ten por seguro que por un lado o por otro algo te hará las cosas más fáciles. Si una puerta se cierra, descubrirás que otra más grande o más pequeña, se habrá abierto solo para ti.
La única pega es que cuesta darse cuenta de que tu realidad está distorsionada, que lo que piensas que es así tal vez no lo sea. Tenemos que salir de la caverna, aprender que hay algo más allá de la pared que hemos estado contemplando toda nuestra vida. Aceptar tanto lo bueno y lo malo y comprender que la auténtica felicidad no es aspirar tenerlo todo, sino aprender a vivir y a disfrutar lo que ya tenemos.

1 comentario:
Muy buena entrada! dice mucho, me gusta!
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