Love me till the sun shines.

Sentada a su manera en una silla, escucha una canción de Busted mientras bebe una taza con poco café y mucha leche y mira las fotos en el ordenador de la última fiesta a la que acudió. Da un sorbo a la taza y suspira, lo de salir bien en las fotos en lo suyo. O sonríe demasiado, o muestra su perfil malo, o cierra los ojos… Pero bueno, qué más da, ella tiene claro como es de verdad y sabe que gana mucho en persona.

Sonríe al ver que no es la única a la que le pasa. En unos segundos, la habitación se llena de una cálida luz que hace que se asome por la ventana. Parece que el sol nunca había brillado tanto. Se acuesta en la cama y con los ojos cerrados, tararea el estribillo de su canción preferida. El sol le da directamente en la cara. Sabe que va a terminar quemándose, pero no tiene ganas de levantarse. Simplemente está bien así, sin hacer nada.

Aunque tratándose de ella, no puede decirse que no haga nada. Parece que está tranquila, pero en realidad está pensando en mil cosas, haciendo planes y recordando historias. No hay un momento en el que deje de hacerlo, su mente es un volcán en ebullición. Sonríe, parece ser que ha recordado algún momento feliz. Apostaría mi vida a que es sobre algún chico. Ella, enamorada del amor, siempre tiene a alguien en la cabeza.Tras algunos minutos sus pulsaciones se ralentizan y su aliento es más débil. Eso es lo malo, o bueno. Tanto pensar le da sueño. Se queda dormida y sus pensamientos se convierten en sueños que probablemente no recordará al despertar.